“Luego dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes y sobre todos los animales que se arrastran por el suelo». Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios; hombre y mujer los creó.”
Génesis 1:26-27 NVI
https://bible.com/bible/128/gen.1.26-27.NVI
Invocamos hoy al Espíritu Santo como guía de nuestra mente y corazón, conscientes de que “Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento”. Que Su luz ilumine nuestros proyectos y decisiones. Jesús mismo nos enseñó: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» . En este espíritu, integramos fe y acción, sabiendo que Dios bendice a quien trabaja con propósito divino.
• Visión de Reino: Busquemos a Dios en cada emprendimiento, reconociendo que todo proyecto con Su guía honra Su voluntad .
• Diligencia celestial: Trabaja con constancia y previsión como la hormiga sabia , guardando para los tiempos de necesidad.
• Multiplicación con propósito: Emplea con sabiduría los talentos y recursos que Dios te da para generar crecimiento (como en la parábola de los talentos).
• Generosidad compartida: Que tus frutos sirvan al Reino; recuerda la exhortación de Efesios 4:28: «…para que tenga qué compartir con el que padece necesidad» .
• Ejemplo de Jesús: Sigamos el modelo de Cristo, quien «no vino para ser servido, sino para servir». Con sus acciones de amor y milagros de multiplicación (los panes y peces) nos enseñó la fórmula del éxito: fe activa y servicio.
Emprender y Multiplicar con Sabiduría
Dios nos ha llamado a fructificar y multiplicarnos en la tierra . Como dice Génesis 1:28, ser fructíferos es parte de nuestro mandamiento divino . En tiempos de abundancia, planifica y acumula recursos: “Ve a la hormiga, oh perezoso; mira sus caminos, y sé sabio…” . Emprender no es solo iniciar un negocio, sino ser creativo y productivo con lo que Dios nos dio.
• Trabajo constante: Imita a la hormiga diligente . Siembra y guarda en la “cosecha” de tu vida (años de abundancia) para el futuro.
• Invertir con fe: Usa tus habilidades y ahorros como inversión de Reino. Creemos que Dios puede multiplicar nuestros esfuerzos, como hizo con dos pequeños recursos para alimentar a miles (Juan 6).
• Sabiduría divina: Antes de cada paso, pide dirección al Espíritu Santo. Decisiones basadas en principios eternos (integridad, excelencia) rinden frutos perdurables.
Jesús: Acción, Multiplicación y Servicio
Jesús es nuestro Gran Emprendedor y Siervo Modelo. Con una fe activa, Él llevó a cabo grandes obras: caminó sobre el agua, sanó enfermos y con 5 panes y 2 peces alimentó a miles por Su poder divino. Su ejemplo nos anima a actuar: no ser espectadores pasivos, sino manos que trabajan por el Reino.
• Servicio sacrificial: Jesús declaró que “el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir”. Cada proyecto nuestro debe tener el corazón de un siervo: servir a otros antes que egoísmo.
• Multiplicación milagrosa: Sigamos confiando en el Dios de la multiplicación. Así como Jesús creyó que Dios podía multiplicar el pan, creemos que Su bendición puede hacer crecer lo mínimo.
• Enseñanza activa: Jesús no guardó para sí Su sabiduría. Sus parábolas sobre negocios del Reino (los talentos, la mostaza) revelan cómo ser sabios administradores con fe.
Compartir Bendiciones: Ayudar y Enseñar
El éxito que Dios nos da es para bendecir a otros. La Escritura ordena: “El que hurtaba, no hurte más… para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” . Amar a Dios implica amar al prójimo en necesidad. Así, cada ganancia puede servir al Reino y a los más pobres.
• Generosidad: Destina parte de tus recursos a ayudar a los necesitados. “El alma generosa será prosperada…”. Dar libera bendición: Dios premia al dador y usa tu oferta para milagros multiplicadores.
• Enseñanza: Comparte tu conocimiento y fe. Enseña a otros los principios del Reino que aprendes en los negocios (integridad, honestidad, trabajo duro). Al impartir lo aprendido, multiplicas el impacto de Dios en muchas vidas.
• Legado de transformación: Recuerda que tus éxitos pueden ser lecciones de fe para otros. Involucra a tu familia, equipo y comunidad: ilumina con tu ejemplo cómo Dios puede prosperar un negocio honesto.
Llamado a la Acción: Fe y Propósito Práctico
¡Es tiempo de actuar con fe práctica! Cada paso emprendedor que demos puede tener un propósito eterno. No basta creer: “La fe sin obras está muerta” (Sant. 2:17). Por eso debemos ser fieles administradores de cada bendición, avanzando con visión clara.
• Fe activa: Asume riesgos calculados confiando en Dios. Si Él abrió los mares y multiplicó panes, también puede proveer el negocio que emprendas.
• Propósito divino: Define metas que honren a Cristo: crear empleos honestos, llevar integridad al mercado, bendecir familias con tus frutos.
• Acción con esperanza: No temas el fracaso. El fracaso enseña; el éxito ejecutado con humildad honra a Dios. Sigue adelante con la convicción de que trabajas para el Rey de reyes, construyendo Su Reino en la tierra.
Que la paz de Cristo Shalom llene tus proyectos. Avanza con valentía sabiendo que el Espíritu Santo te guía. ¡Bendecid e impulsad el Reino con vuestras manos emprendedoras! Amén.
Fuente de sabiduría: Esta enseñanza se basa en la Palabra de Dios y ejemplos del Señor Jesús para inspirar una fe activa y con propósito. Hemos citado versículos clave como Proverbios 6:6–8 , Mateo 6:33 , Efesios 4:28 y el mandato de servir de Jesús para respaldar cada principio. Siempre recordemos que somos co-creadores con Dios en cada proyecto que emprendemos, ¡a Su gloria!
