Autor: EL Cope de CUBA.
En la encrucijada de 2024, la música experimenta una revolución con la inteligencia artificial, contrastando dramáticamente con la realidad de Cuba. Artistas como Holly Herndon, Taryn Southern y Grimes nos llevan hacia un futuro musical audaz, utilizando la IA para reinventar la creación artística. Desde la colaboración de Herndon con la IA ‘Spawn’ en “PROTO”, hasta “I AM AI” de Southern, la música impulsada por la IA representa un salto hacia lo desconocido.
Mientras tanto, Cuba, con su rica herencia musical, parece seguir un camino divergente. Aquí, la música se mantiene fiel a sus raíces tradicionales, en un entorno menos influenciado por la alta tecnología. Este contraste entre la innovación avanzada y la pureza de la tradición plantea preguntas fundamentales sobre la esencia de la creatividad y el arte.
En un mundo donde la IA en la música simboliza el progreso y la exploración de nuevas fronteras sonoras, Cuba parece retroceder hacia métodos más elementales y orgánicos, recordándonos la importancia de la conexión humana en el arte. Es como si, mientras una parte del mundo abraza el futuro tecnológico, Cuba se encamine hacia un pasado más simple, casi reminiscente de los días de arte en las cuevas.
Este escenario presenta una dualidad fascinante: la IA como una herramienta para expandir las posibilidades creativas frente a la preservación de las tradiciones culturales en su forma más pura. A medida que nos adentramos en 2024, la música se convierte en un campo de batalla entre el futuro tecnológico y el encanto de lo tradicional, entre la innovación artificial y la autenticidad humana.
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