Mientras “todos los negros tomamos café”, al estilo del cubano Eliseo Grenet, y el dominicano Juan Luis Guerra pide que “llueva café en el campo”, dejamos a Eliades Ochoa confesar que “el cafetal es prodigioso porque me da la vida, tiene la esencia de ti para curar mis heridas”.
Estas son solo algunas de las piezas musicales que hacen alusión a la cautivante bebida, pero son muchas las que se refieren a ella, sobre todo con piezas sonoras que defienden la música tradicional.
Otras manifestaciones de las artes tienen al café de protagonista: El Cafetal lleva por título una zarzuela de Ernesto Lecuona, hemos visto alusiones a la cautivadora bebida en las artes plásticas, filmes, telenovelas, programas de radio y televisión; además tenemos a Rafael Sánchez Ruiz, el pintor del café.
Se dice que fue José Antonio Gelabert, natural de Barcelona, el que introdujo en Cuba los primeros cafetos, procedentes de República Dominicana, allá por el año 1748, e inició su cultivo en la zona de El Wajay, cercana a La Habana. Traía la idea de fabricar aguardiente, pero la empresa no cristalizó.
Sin embargo, el verdadero auge llegó a la isla en la década de los noventa de ese siglo XVIII cuando algunos colonos franceses salieron huyendo desde Haití, víctimas de la revuelta de sus esclavos.
Shopping
Conectando estilo y finanzas. Descubra productos con diseño exclusivo y servicios de cambio de divisas, todo en un solo lugar.”
En esa isla caribeña las plantaciones cafetaleras fueron arrasadas y muchos de sus propietarios asesinados por los sublevados. Los que pudieron sobrevivir llegaron, junto a numerosos sirvientes, hasta la región oriental de Cuba, donde encontraron un escenario climatológico perfecto para, basados en su experiencia, fomentar allí sus plantaciones.
Cuando se hable del "néctar negro de los dioses blancos" hay que hacer alusión a las denominadas características organolépticas que los catadores tienen en cuenta. Hablamos de aroma, acidez, amargor, cuerpo y sabor en una escala de 100 puntos. Para ser catalogado de especial un buen café debe superar los 80 puntos.
La mágica substancia se ha apoderado de la cotidianidad en la gran mayoría de las naciones del mundo. “Pero de que el café es imprescindible, nadie lo duda. Tenga en cuenta que en Cuba, antes de juzgar a una persona por una alteración eventual, primero tenemos que indagar si se tomó la tacita del día”.
El consejo nos llega muy de cerca, en la voz de Aurora, una guantanamera de 39 años que no concibe salir a conquistar su jornada sin haber saboreado el retinto y humeante líquido.
Desde la nariz hasta la cola del caimán caribeño el café es una bebida muy codiciada. Incluso, contrario a lo que alguien pudiera pensar, el néctar del aromático grano ha conquistado todas las edades; aunque dicen los abuelos que los niños no pueden abusar de su consumo.
Para solucionar eso, en los asentamientos rurales las abuelas elaboran la bebida en colador o empina’o, y después que sale el primer chorro fuerte, extraen entonces el café claro, con un poco menos de pureza y algo más dulce.
La producción nacional de café ha mermado de manera considerable en la Mayor de las Antillas, al punto de verse obligada a importar determinadas cantidades que garanticen la presencia del producto en la ya deprimida canasta básica familiar.
En el país de destinan anualmente decenas de millones de dólares a la importación de café y mantiene subsidiada, con valores igualmente millonarios, la cuota normada por la libreta de productos alimenticios, amén de los altos precios internacionales y la baja producción local.
Con una mezcla de 50% de chícharo, alternativa para suplir la creciente solicitud, el producto llega a las bodegas de los cubanos, a razón de una bolsa de 115 gramos por valor de 11.00 CUP, solo a mayores de seis años.
Esa mixtura quebranta los preceptos de la Organización Internacional del Café (OIC) la que manifiesta que aquellos productos que contengan más de un 5% de materia externa no deberían usar el nombre de “café”.
Cuba, que es signataria de la OIC, lo reconoce por lo que coloca su enunciado en cada bolsa y respeta la prohibición de no exportar ese producto mezclado.
En el mercado mundial el chícharo es más barato que el preciado grano; no obstante, la mezcla que adquieren los cubanos sigue latiendo como detalle paradójico en una nación que lo enarbola como uno de sus principales renglones económicos.
Tomar café puro en este archipiélago es un lujo que solo se dan los que viven en zonas donde se cosecha, los que tienen algún familiar en esas regiones productoras o sencillamente los que compran en el mercado negro a precios elevados.
Un aparte tienen las tiendas recaudadoras de divisas donde marcas de puro café cubano como Turquino, Serrano, El Arriero, Regil, Guantanamera y otras, son privilegio de muy pocos. En esos establecimientos estatales los surtidos tampoco sofocan la demanda de nacionales y extranjeros.
A las marcas ya mencionadas se les ha incorporado Prodigio, elaborado ciento por ciento de granos de la variedad Arábica, nada más y nada menos que enriquecidos con moringa, “para combinar sabor y salud”, según reza la promoción al producto.
“El café es parte de mi vida. No salgo hacia el trabajo sin haberme tomado mi poquito. Todas las mañanas, bien tempranito, lo hago y le brindo a mis hijos, a mi esposo, a mis suegros”, vuelve Aurora a la carga.
La extraordinaria infusión es pretexto de diálogo y hermandad en los barrios cubanos. “Hay dos vecinas que son mis hermanas. Siempre tenemos en el traguito una excusa para conversar o ayudarnos mutuamente. Si una posee el polvo todas tomamos”, nos asegura orgullosa la mulata cubana que no concibe su vida sin saborear el retinto y humeante líquido.
Más allá de sus detractores y los defensores, que son más, el café es la segunda bebida más consumida del mundo, solo superada por el agua.
La actuación de la cafeína sobre el sistema nervioso central ha podido más que cualquier campaña de salud o alerta de las que se hayan emitido en torno al abuso de su consumo.
Sumado al tabaco, el ron, la belleza natural de sus montañas y costas, adornados con la cualidad innata de ser solidario y alegre, el cubano tiene en esa prodigiosa infusión a uno de sus resortes identitarios más fuertes.
Ya el francés Charles Maurice de Talleyrand nos dijo que “el café debe ser caliente como el infierno, negro como el diablo, puro como un ángel y dulce como el amor.”
De todo eso y mucho más, en torno a esa maravillosa bebida, sabemos y nos enorgullecemos los cubanos.
Van por la casa, veinte tacitas más para saber del café:
1. Santiago de Cuba es la provincia mayor productora del grano.
2. El municipio santiaguero de Tercer Frente es el mayor productor del grano en el país.
3. Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma y Holguín, producen el 90% del café nacional. En la región central Sancti Spíritus, Cienfuegos y Villa Clara acumulan el 7%, y en el occidente Artemisa y Pinar del Río muestran el 3%.
4. Cuba tiene un Programa de Desarrollo Cafetalero que para el 2030 debe alcanzar una producción de 30 mil toneladas en 80 mil hectáreas.
5. La Empresa AltoSerra, ubicada en la oriental provincia de Guantánamo, es la mayor productora cubana de café dedicado a la exportación.
6. La empresa estatal CUBACAFÉ tiene la misión de garantizar la producción y el suministro de café torrefaccionado con destino a la población, organismos, el mercado interno en divisa, en moneda nacional y la exportación. Lidera el mercado con marcas de reconocido prestigio y demanda, que van desde los gourmet de lujo hasta otros populares.
7. El record de producción en Cuba data del año 1960 con más de 60.000 toneladas de café.
8. Los mayores productores en el mundo son Brasil, Vietnam, Colombia, Honduras, Indonesia, Alemania y Etiopía.
9. Se estima que diariamente se beben entre 1 600 y 2 000 millones de tazas al día en el mundo.
10. La palabra “café” viene del árabe “Qahhwat Al-bun”, que significa “vino del grano”.
11. Los efectos del café disminuyen cuando se mezcla con leche.
12. Los granos de café en realidad no son granos; son semillas de fruta.
13. El café capuchino se llama así porque se asocia su color con el de los hábitos utilizados por los monjes capuchinos.
14. Existen dos tipos de tueste: natural y torrefacto.
15. Estados Unidos es el país que consume más café en el mundo. El 54% de los estadounidenses lo beben todos los días.
16. El 65% de los cafés se toman en el desayuno.
17. En Corea y Japón hay cafés de gatos, establecimientos temáticos donde sirven bebidas, pero en los que la principal atracción son los gatos.
18. En Japón existe un lugar donde puedes bañarte y nadar en piscinas de café.
19. En Francia existe una cafetería donde si no dices “Hola” o “Por favor” la bebida te sale más cara.
20. Aunque el café suele ser una bebida que se toma en los desayunos, la mejor hora para consumirlo es de 2 a 3 horas después de habernos despertado.
